El horror de Ravensrodd
Una tierra más sedienta que la ruinaUn mar más hambriento que la muerteColinas amontonadas en las que nunca creció un árbolAmplias arenas donde las dunas respiran. Algernon Swinburne, By the …
Semillas de aventura
H.P. Halloween
Información inspiradora para pistas y escenarios de El Rastro de Cthulhu, por Kenneth Hite. _ «Entonces se acercó Hallowe’en, y los colonos planearon otra fiesta. Esta vez, si la conocieran, …
Arañas con rostros humanos en tu cóctel favorito
¿Qué puedes encontrar en El Rey de Amarillo? ¿De cuántas maneras diferentes puedes plantear varias aventuras para El Rey de Amarillo: París? ¿Dónde puedes encontrar la inspiración? La inspiración la …
Las Entidades de la Oscuridad Exterior se mantienen al día con las nuevas tecnologías
Como saben los estudiosos de El libro del horror incesante, las Consortes son seres de la Oscuridad Exterior que se aprovechan de los hombres solitarios y aislados, desesperados por el …
Perdidos en el humo
Una semilla de escenario para El Rastro de Cthulhu Un hombre de recursos conocido por el personaje diletante de tu grupo, o un investigador igualmente bien relacionado, busca ayuda para …
El Horror japonés se encuentra con el Esoterror
Aunque fundada en Gran Bretaña y con una larga historia en Occidente, la Ordo Veritatis ha llegado a considerar en los últimos años a Japón como un terreno estratégico clave …
Pistas como llaves, llaves como pistas
Una pista clave de GUMSHOE puede ser vista como una llave que da a los PJ acceso a una puerta, detrás de la cual espera más de la historia. Con …
Arrancado de los titulares: La rata resplandeciente
¿Sabes que los utensilios utilizados en la autopsia de Elvis Presley salieron a subasta pública? Pues sí, lo hicieron en 2010. Y no solo lo sabes tú, la Ordo Veritatis …
El transporte marítimo en los años 30
n artículo para los jugadores de El Rastro de Cthulhu por Simon Carryer. También puedes leer los artículos de Simon sobre el transporte aéreo en los años 30 y el transporte …
La Biblioteca de las Maravillas
El París de la Belle Époque había tantos ocultistas que le dabas una patada a una piedra y aparecía uno. O, en mi caso, más de los que podía meter …