La Zona Amarilla

La Zone Jaune (Zona Amarilla) es una región del noreste de Europa que fue considerada «inhóspita para la vida humana» tras la Guerra Continental. El despliegue generalizado de «ciencia amarilla» carcosiana, por no hablar de la artillería convencional y las armas químicas, convirtió la región -unos 2.000 kilómetros cuadrados de bosques y antiguas tierras de cultivo -, en algo totalmente hostil e incapaz.

«Daños en las propiedades: 100%. Daños a la agricultura: 100%. Daño a la realidad: inconmensurable. Imposible de soportar».

– Palabras de un informe de evaluación, escrito poco después del final de la guerra.

El gobierno francés estableció el cordón alrededor de la Zona Amarilla un mes después del alto el fuego. En los años siguientes, varias naciones limítrofes a la zona comenzaron a utilizarla extraoficialmente como vertedero de municiones sobrantes y tecnologías carcosianas. Escuadrones enteros de acechadores fueron conducidos a los bosques y abandonados, con las piernas rotas sobre erizos de acero (algunos relatos utilizan el término pastoreados, lo que implica que puede haber algo de verdad en las historias de algunos acechadores que desarrollan un grado de autoconciencia y acción independiente). Las libélulas y otros vehículos aéreos iban cargados con tecnología carcosiana y se estrellaban en lo más profundo de la zona. Historias más oscuras hablan de convoyes de camiones y trenes especiales cargados de «ganado» que fueron conducidos a la Zona Amarilla y dejados allí.

En la actualidad, la Zona está rodeada por muchos kilómetros de vallas de alambre de espino y zanjas. La entrada a la Zona está prohibida; se ha permitido que la naturaleza recupere la tierra en su interior, aunque es discutible qué naturaleza domina en ese bosque amarillo: el gobierno francés insiste en que cualquier especie vegetal inusual es el resultado de productos químicos tóxicos y no de la invasión de Carcosa. Los agricultores que bordean la zona suelen desenterrar municiones y otros restos, incluida la «materia biológica»; éstos son recogidos por una división especial del ejército francés, el CEOM, para su eliminación segura. El CEOM también vigila la «zona profunda»: hay torres de observación dentro del bosque, a las que se accede por largos caminos que atraviesan los bosques encantados.

Encuentros en la Zona Amarilla

  • Aldeas sacrificadas: Pueblos rurales abandonados, ahora en ruinas. Algunos fueron abandonados antes de la guerra; otros fueron evacuados cuando se estableció la Zona Amarilla. Se llevaron a cabo exorcismos completos cuando fue posible, pero las patrullas de la CEOM han registrado muchas apariciones.
  • Municiones sin explotar: El paisaje de la Zona está plagado de millones de toneladas de proyectiles de artillería, minas, tanques de armas químicas vertidas, residuos tóxicos ocultos y otros peligros, todos ellos ocultos bajo la maleza. Un paso en falso puede resultar letal al instante.
  • Lugares dañados: La realidad ha sufrido un daño considerable aquí. La Zona Amarilla está plagada de portales naturales a otros mundos – principalmente Carcosa, pero es posible deslizarse de una versión de la Tierra a otra si se conoce el camino correcto a través del bosque -.
  • Cazadores: La naturaleza ha recuperado la zona. Está llena de animales salvajes, como osos, ciervos, lobos y trituratumbas. Los cazadores y los furtivos se escabullen de las patrullas de la CEOM para conseguir un trofeo, y las entidades carcosianas cazan a los cazadores y les roban las caras para que puedan escapar de la Zona sin ser detectados.
  • Patrullas de la CEOM: En las fronteras, la CEOM rechaza a los intrusos con poco más que un tirón de orejas. Un turista tonto o un aspirante a cazador son arrestados, llevados a rastras a un centro de detención, y luego reciben una multa y un sermón de un oficial muy enojado antes de ser liberados. En lo más profundo del bosque, lejos de las cámaras y las miradas indiscretas, el CEOM dispara a los intrusos en cuanto los ve.
  • Carroñeros: El comercio de lo que se llama eufemísticamente “chatarra” de la Zona es muy activo. Las reliquias carcosianas intactas y los restos de grimorios de Ciencia Amarilla son especialmente codiciados. Los equipos de carroñeros entran en la Zona disfrazados de cazadores, o sobornan a los guardias del CEOM para tener acceso prioritario.
  • Niebla mostaza: La más infame de las amenazas de la Zona, la niebla de mostaza, es una mezcla tóxica de gas venenoso procedente de proyectiles de artillería en descomposición, mezclado con magia persistente. Los supervivientes hablan de haber oído una música inquietantemente bella y de haber visto luces extrañas en la niebla, como si hubiera un baile encantado al otro lado del banco de niebla, justo antes de vomitar sus pulmones licuados y morir. Otros relatos afirman haber visto enormes animales como ballenas voladoras moviéndose a través de la niebla amarilla.
  • Máquinas activas: Los acechadores abandonados, las libélulas y otras máquinas de guerra a veces cobran vida dentro de la zona, arrastrando sus cuerpos metálicos rotos por la maleza hasta que la oleada de energía oculta que los activó vuelve a perecer.
  • Nativos de la zona: Los engendros de guerra y otras entidades carcosianas pueden sobrevivir dentro de la Zona, incluso cuando la influencia de Carcosa se desvanece en el exterior.

Usando de la Zona Jaune

En Las Guerras: Aunque la Zona oficial no se estableció hasta después de la guerra, la región que se convirtió en la Zona fue arrasada por armas ocultas cuando la lucha aún estaba en curso, y ya había adquirido la reputación de ser un destino letal. Las unidades enviadas a la Zona nunca regresan.

En Secuelas: Los supervivientes Castaigne que buscan las energías carcosianas huyen al extranjero, a Francia, poniendo sobre la mesa asuntos de diplomacia internacional y extradimensionales en la política posterior al régimen.

Usar Secuelas de manera alternativa: En lugar de encarnar a revolucionarios en una Nueva York post-Castaigne, encarnáis a los líderes de un pequeño pueblo al borde de la Zona. Algunos de vosotros sois veteranos, otros sois la siguiente generación, creciendo en un mundo en el que los horrores de Carcosa y la Guerra Continental son recuerdos que se desvanecen. La ciudad se esfuerza por alcanzar la normalidad y un nuevo comienzo, pero las cicatrices de la guerra aún perduran, y el consejo debe equilibrar las tareas municipales mundanas con el apoyo a las necesidades de la guarnición local del CEOM.

El bosque entre los mundos: la guerra abrió agujeros en la realidad de la Zona; los personajes que intentan deslizarse de una realidad a otra -como, por ejemplo, los investigadores de Nueva normalidad que intentan regresar a París- pueden viajar a Francia y entrar en el bosque. Solo hay que seguir caminando hasta que la niebla se vuelva amarilla…

Traducido de Gareth Ryder-Hanrahan

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