Por Robin D. Laws
Extracto de una monografía interna de la Ordo Veritatis:
Un panfleto polémico que describe el juicio y la ejecución en 1616 de una mujer por doble filicidio, sin saberlo, retrata un ejemplo clásico de actividad de la oscuridad exterior. (La ilustración que lo acompaña, por otro lado…)
Margaret Vincent, de Acton, a las afueras de Londres, asesinó a sus dos hijos pequeños, de 5 y 2 años, durante una época de extrema tensión entre la mayoría protestante y los católicos perseguidos. Como ocurre en muchos casos similares hoy en día, Vincent mató a sus hijos creyendo que su acto los llevaría al cielo. La ejecución de Vincent forma parte de un momento histórico que terminó con un gran número de católicos (reales o presuntos) en la horca. El panfletista afirma que, incitada por el mismísimo diablo, Vincent se convirtió en secreto al catolicismo, lo que motivó su crimen. No se necesita tener conocimientos básicos sobre el modus operandi de las entidades de la oscuridad exterior para recibir esta afirmación con cierto escepticismo. Dada la presión de la época para presentar a los católicos como enemigos peligrosos, esta parte del alegato de la fiscalía podría ser un embellecimiento político, destinado tanto a asegurar una condena como a desprestigiar a la comunidad afectada. Dicho esto, el crimen claramente tuvo lugar en un ambiente de histeria social. Además de los conflictos sectarios, la ciudad de Vincent, Acton, se vio envuelta en una disputa por derechos de propiedad con la vecina Willesden, que amenazaba con desembocar en violencia.
Este contexto emocional indica claramente la presencia de un Enviado del Cielo, un ser de la oscuridad exterior que entra en nuestro mundo cuando la contienda social se intensifica. Se aprovecha de mujeres psicológicamente desestabilizadas con fervientes creencias metafísicas, induciéndolas a matar a los niños a su cuidado. Como es común en estos casos, la conmoción de sus crímenes repercute en la comunidad circundante, creando la repercusión psíquica que las EOE utilizan para alimentarse y reproducirse.
Como era de esperar, el relato del panfletista no menciona la neutralización del Enviado del Cielo, que según la cosmovisión de la época se consideraba un demonio bíblico. Sin embargo, la xilografía que lo acompaña ofrece un indicio sorprendente de que algunos investigadores de la proto-Ordo Veritatis pudieron haber observado directamente a la criatura. Al igual que un Enviado del Cielo real, el supuesto diablo representado parece humanoide, con escamas en el torso y tres apéndices que sobresalen del cráneo. Un Enviado del Cielo utiliza esto último para ejercer influencia hipnótica sobre sus víctimas.
Cabe preguntarse si un agente jacobino utilizó las Medidas Especiales de Liquidación del Enviado del Cielo, un estoque sumergido en tejido placentario, para deshacerse de él. (Los agentes modernos se quejan de dificultades para obtener el material). O quizás la misma entidad sigue prófuga hoy en día, buscando otra comunidad desgarrada por las tensiones sociales donde encontrar a su próxima víctima.
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