Un enemigo para el juego de rol El Rey de Amarillo en su última secuencia Nueva normalidad.
Por Robin D. Laws
La entidad carcosiana conocida como el devorador de fama se nutre de la energía psíquica que emana de las celebridades. Los devoradores de fama pueden unirse a individuos conocidos de cualquier tipo. La mayoría busca la energía emocional particularmente embriagadora que rodea a las personas que combinan verdaderos logros en sus campos con vidas personales desordenadas y turbulentas. Los Devoradores de Fama a veces luchan entre sí por la proximidad a personajes destacados de la prensa rosa que siguen tras ellos una serie extensa de arrestos, casos judiciales, declaraciones controvertidas y períodos de rehabilitación muy publicitados.
Si se los percibe en sus formas naturales, los devoradores de fama parecen humanoides crustáceos cubiertos por un caparazón grueso y segmentado, la mayoría de las veces de un rico tono dorado. Grandes ojos redondos, como de insecto, cuelgan sobre bocas apretadas y sonrientes. Múltiples tallos, a medio camino entre astas y púas de coral, brotan de sus frentes. Algunos tienen segundas caras más pequeñas que miran lascivamente o gimen desde lo alto de sus cabezas. Sus cuerpos de crustáceos de cuatro extremidades están cubiertos por túnicas sueltas.
Mediante proyección psíquica, imitan la apariencia de los humanos comunes y corrientes, y se asemejan a los rasgos faciales y la ropa que uno esperaría de un parásito de un entorno de celebridades en particular. Pueden evocar los detalles adecuados de ropa, cabello, maquillaje y lenguaje corporal para encarnar a un agente deportivo, al publicista de un actor de Hollywood o al asistente de una figura política polarizadora.
Después de atrapar a un objetivo prometedor, el devorador de fama se propone, en primer lugar, volverse indispensable. Al principio de su cacería, se congracia con su sujeto, repartiendo regalos, favores y las constantes garantías que requiere ese ego con una fragilidad sin fondo. Sus poderes psiónicos y su acceso a seres carcosianos menores le permiten resolver una miríada de problemas que acosan a la superestrella moderna propensa a las crisis, desde problemas de seguridad hasta encubrimientos. En el camino, va eliminando la red de apoyo preexistente de la celebridad, cortándola y convirtiéndose en un séquito devoto de una sola persona.
Una vez que el objetivo se ha vuelto completamente dependiente, el devorador de fama cambia de rumbo y permite el tipo de comportamiento autodestructivo que atrae el amor y el odio del público en igual medida. Siempre que una falange de fervientes seguidores online se enfrenta a una legión de detractores, el devorador de fama se alimenta a fondo.
Inevitablemente, el proceso de alimentación pasa factura al sujeto, llevándolo a una conducta más dañina para su carrera y, finalmente, a un colapso emocional total. Cuando el público se aleja para siempre, el devorador de fama se aleja en busca de otra estrella a la que explotar, generalmente con un disfraz completamente nuevo.
Los héroes cotidianos anti-carcosianos de Nueva normalidad pueden descubrir las depredaciones de un devorador de fama al entrar en contacto con una celebridad en decadencia, o cuando los fanáticos y los críticos comienzan a marchitarse como víctimas secundarias de su vampirismo psíquico.
Los devoradores de fama prefieren escabullirse antes que participar en una confrontación física, a veces llamando a lacayos alienígenas para que luchen por ellos. Cuando se ven obligados a entrar en combate, atacan con las garras que mantienen ocultas bajo sus túnicas.
Cuando reciben su ataque psíquico, los investigadores realizan tiradas de Estabilidad a dificultad 5 para evitar las Conmociones, Leves y Graves: Cautivado / Pasión extraterrestre.
- Número de aparición: 1
- Dificultad: Duro pero asequible (Escapar 3, Otra 4, Matar 5)
- Ajustes de dificultad: -1 si sabes lo que es; -1 si has roto su control sobre la celebridad elegida
- Precio a pagar: 1
- Etiquetas: Carcosiano
- Heridas, leves y graves: Garras de rastrillo / Mutilación salvaje
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