por Álvaro Loman
Esta entrada forma parte de una colección. Para verlas todas pulsa en la etiqueta Condado de Schuylkill.
En el mundo de Esoterroristas existen muchas aventuras, pero si una destaca por sí misma, esa es Crónicas de Schuylkill. Esta campaña crea un entorno muy rico donde construir mil y una historias. A partir de ahora, cada martes, tendrás incluso más ideas para seguir jugando en este marco de campaña.
Cuanto más te adentras en este condado, más te das cuenta de lo importante que es este lugar. De lo ligado que ha estado al auge industrial de Nueva York o incluso a la conquista de América. Es una joya escondida, llena de rincones memorables y lugares maravillosos que visitar. No, no es el mejor sitio que visitar. No es el lugar más icónico. No es importante en ningún sentido… importante. Pero tiene una idiosincrasia muy particular para construir un estilo de aventuras muy concretas. Muy intensas.
No es famoso por sus atracciones turísticas y, para la gente de fuera, no hay gran cosa que hacer salvo pasear por los hermosos parajes naturales, con sus tres parques naturales, Locust Lake, Tuscarora y Swatara, donde cazar, pescar, hacer senderismo y nadar está permitido. Hay algunos sitios famosos como la Cueva de Cristal (la mayor de toda Pensilvania) y el Santuario de la Montaña del Águila, que suelen atraer un número considerable de curiosos, pero tampoco vive del turismo. Si, sus dos ríos permiten hacer deporte, por lo que el turismo de aventura ha empezado a cobrar bastante importancia. Pero no es algo masivo y no permite crear una industria fuerte ni autosostenida.
De hecho, es una zona con mucha pobreza, con una fuerte inmigración y un espíritu conservador. Desde que terminó su vida minera, no ha conseguido granjearse ninguna fama adicional, y se ha quedado en uno de esos condados que no tienen nada que aportar a Estados Unidos. Cuando Nueva York se empezó a encarecer, muchas empresas textiles se movieron aquí, pero con la desaparición del sistema ferroviario y el encarecimiento del transporte, esa industria también murió. Su sistema de ferrocarriles ya no se usa para el transporte, pero sí que tiene un cierto atractivo, ya que atraviesa preciosas zonas montañosas que sigue visitando un tren turístico, con un restaurante a bordo y paradas en lugares emblemáticos.
En definitiva, es un lugar anclado en su belleza y su pasado. Schuylkill no es un condado muy densamente poblado (unos 75 habitantes por kilómetro cuadrado frente a los 107 de media en Pensilvania) pero, además, es un condado que cumple una curiosa rareza estadística. En 2003, en Estados Unidos, empezaron a realizar un censo de las áreas micropolitanas. Es decir, lugares con alta densidad de población en grupos menores de 50.000 habitantes. En ese sentido, el condado de Schuylkill es el área micropolitana más grande de Pensilvania y la quinta de todo el país. Por eso no es de extrañar que menos de la mitad de las poblaciones del condado alcancen los 600 habitantes y que su capital, Pottsville, con sus 14.000 habitantes doble a la siguiente, Schuylkill Haven.
Sirva este libro como homenaje para todas las personas que viven en este lugar y lo hacen lo que realmente es.
Se van a incluir descripciones de ciudades con información genérica (al estilo del libro Looking glass) y cierta información pensada específicamente para llevarla a la mesa de juego. En ese sentido, cada ciudad va a incorporar una semilla de aventura, un personaje que puedan inspirar aventuras y un listado de ideas para células esoterroristas que hayan podido tomar el lugar como base de operaciones.
Puedes encontrar todas las ciudades (que se suben cada martes) buscando por la etiqueta Condado de Schuylkill.