Detalle de la portada de H.P. Lovecraft. Edición Anotada. Ediciones Akal, 2017.
Los vástagos de Lovecraft
Así pues, desde los pozos de la noche hasta los abismos del espacio, y desde los abismos del espacio hasta los pozos de la noche, alabanzas eternas del Gran Cthulhu, de Tsathoggua y de Aquel cuyo Nombre no Debe Ser Pronunciado. Alabanzas eternas, y abundancia eterna para la Cabra Negra de los Bosques. ¡Iä, Shub-Niggurath! ¡La Cabra con un Millar de Retoños!
H. P. Lovecraft, El que susurra en la oscuridad
Los vástagos de Shub-Niggurath, la campaña de aires lovecraftianos que estamos preparando y cuya primera aventura, Oscura canción de cuna, publicaremos tras el verano, está centrada en la figura de Shub-Niggurath, tal como indica su título. Esta diosa perversa de la fertilidad forma parte de la mitología ficticia de «Los mitos de Cthulhu», el ciclo narrativo sobre horror cósmico creado por el genio de Providence y ampliado por otros escritores pertenecientes a su círculo.
A continuación os hacemos un listado de algunas de las deidades más terroríficas salidas de «Los mitos de Cthulhu». Hay muchas más, lo sabemos, y quizás otro día hablemos de ellas. Pero por ahora os dejamos con nuestro top de las divinidades lovecraftianas más pavorosas y mortales:
Azathoth
También conocido por nombres tan bellos como «el necio sultán de los demonios» o «el que roe, gime y babea en el centro del vacío final». Lovecraft, en su relato El morador de la tinieblas, se refiere a este dios como «El Caos Esencial, en cuyo centro habita un dios ciego e idiota —Azathoth, Señor de Todas las Cosas— circundado por una horda de danzarines amorfos y estúpidos, arrullado por el silbo monótono de una flauta manejada por dedos demoníacos». Según la descripción del padre del horror cósmico, Azathoth bien podría ser una caricatura grotesca y estúpida del dios griego Pan. No obstante, es su falta de inteligencia lo que lo hace tan peligroso, ya que no existe razón que frene sus impulsos (nos recuerda a cierto presidente de gobierno de piel naranja...). Se le considera el ser más poderoso del universo Cthulhu, el dios supremo exterior (el más grande de la deidades que habitan en la oscuridad del espacio). Se hace acompañar de unos flautistas extraterrestes que con su música lo mantienen tranquilo, hasta que deja de estarlo... No se suele manifestar, así que no se conoce su apariencia certera, aunque se supone que es una masa amorfa con tentáculos que forma parte de la materia del universo.
Nyarlathotep
Es el mensajero de los dioses supremos y el fiel ayudante de Azathoth. Siendo una de las deidades que más aparece en las obras de Lovecraft, se le menciona por primera vez en uno de los primeros relatos del escritor, de título homónimo, en el que se le identifica como un profeta proveniente de Egipto, magnético y siniestro. Nyarlathotep, llamado también «el Caos Reptante», es un ser cambiaformas que se manifiesta con distintas apariencias, muchas de ellas humanas. Es de los pocos dioses que se pasea entre las personas con libertad, gracias a que puede confundirse con una de ellas, siempre con malignas intenciones. Se divierte sembrando el caos y causando la locura a sus víctimas. Lovecraft se inspiró para crearlo en «la pesadilla más horrible y realista desde mis diez años», según sus palabras.
Shub-Niggurath
Esta oscura diosa primigenia de la fertilidad no aparece físicamente en «Los mitos de Cthulhu», no obstante es una de la deidades lovecraftianas más invocadas. Es la madre de los llamados retoños oscuros o cien mil vástagos. Tanto la diosa como sus retoños tienen un aspecto de masa gelatinosa con tentáculos, varias bocas y pezuñas negras. Shub-Niggurath es muy antigua, nació antes de la creación del mundo, y ha sido venerada por culturas ancestrales tanto en la Tierra como en otros mundos. Como a muchos otros dioses de Cthulhu, se la puede invocar mediante los textos del Necronomicón. Se le suelen dedicar ritos y sacrificios mortales en los bosques o en un entorno natural, a los que acude alguno de sus retoños o ella misma.
Yog-Sothoth
Es el dios más poderoso de «Los mitos de Cthulhu» junto a Azathoth. Pero mientras este representa la omnipotencia, Yog-Sothoth simboliza la omnisciencia. En efecto, este dios exterior puede verlo todo, y por lo tanto saberlo todo. Tal como se dice en el relato El horror de Dunwich, él hará regresar a los dioses primigenios: «Yog-Sothoth conoce la puerta. Yog-Sothoth es la puerta. Yo-Sothoth es la llave y el guardián de la puerta. Pasado, presente y futuro, todo es uno en Yog-Sothoth. Él sabe por dónde entraron los antiguos en el pasado y por dónde volverán a hacerlo cuando llegue el momento». Se le suele describir como una masa de burbujas brillantes y es habitual que se le ofrezca un sacrificio humano para invocarlo.
Cthutlhu
El rock star de todos los seres provenientes de mundos paralelos que creó Lovecraft. Su primera aparición fue en el relato La llamada de Cthuthu, publicado en 1928. En esta obra, el narrador dice sobre esta criatura que «creía percibir en ella, de forma simultánea, las figuras de un pulpo, un dragón, y una caricatura de ser humano. Una cabeza viscosa y cubierta de tentáculos destacaba sobre un cuerpo grotesco y escamoso con unas alas rudimentarias; pero era el perfil general de toda ella lo que resultaba más espantoso». En los tiempos antiguos, este dios conquistó la Tierra con la ayuda de una raza extraterreste llamada «semilla estelar de Cthuthu», y dirigía el mundo desde las profundidades del océano. Ahora reposa atrapado en la ciudad sumergida de R'lyeh, esperando recuperar el poder gracias a las sectas que lo adoran.
Y hasta aquí nuestro repaso a algunos de los principales dioses creados por Lovecraft. Que soñéis con calamares cósmicos y pulpos con pezuñas y cola de otra dimensión.
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