Los one shots salvarán tu vida
Por Álvaro Loman
Esta entrada va dirigida a gente que no tiene tiempo. A esas personas que no juegan al rol porque «no les da la vida». A aquellos y aquellas como tú, quizás ya de una cierta edad, que jugaron al rol mucho y no les importaba la teoría GNS, los sistemas de gestión de la mesa o si tal juego estaba de moda. Viviste en un mundo prerredes sociales y pre Amazon; si aquel juego de rol no estaba en tu tienda, no sabías ni que existía. Cuando alguien de tu grupo de juego ahorraba lo suficiente de su paga, se compraba un manual, se lo leía y al día siguiente ya estabais haciendo fichas, listos para vuestra ración de droga rolera. Recuerdas la sensación de empacho, de estar saciado completamente de rol y tener la cabeza siempre bullendo de ideas, continuamente en busca de una nueva aventura o un personaje ingenioso.
Eran tiempos en los que las afirmaciones del tipo «jo, necesito dos puntos más en esta habilidad para poder comprar tal poder» comportaban solo un par de días de esfuerzo y dedicación. Eran buenos tiempos, sí… pero ya pasaron. Puede que tengas pareja, hijos, responsabilidades, con suerte un trabajo. Haces malabarismos con el tiempo, pero no milagros. Ahora lees más rol del que juegas. Compras más rol del que lees. Y consumes más rol del que compras.
Uno de los síntomas de ser adulto es no tener tiempo, así que es normal que tu vida rolera haya cambiado. De hecho, los memes sobre cómo conseguir un grupo estable para rolear empiezan a aparecer con demasiada frecuencia en tu timeline, porque hasta a la persona más valiente le dan ganas de tirar la toalla después de prepararse una aventura y que esta se cancele después de tan solo un par de sesiones.
Pero no te preocupes, ¿recuerdas el título de este artículo? Pues sí, los one shots salvarán tu vida (si no lo han hecho ya).
Jugando una única partida, con fichas preparadas o hechas sobre la marcha, obtienes muchísima gratificación. En un principio podrías pensar que las aventuras autoconclusivas son encorsetadas y pueden llegar a matar la creatividad. No es así. El rol ha evolucionado mucho y cumple las expectativas de un grupo mucho más diverso de personas. Hay one shots que tratan temas específicos o que persiguen sensaciones concretas. Son elementos que muy rara vez tendrás en un juego de rol tradicional, donde el desarrollo es más libre y el tono de la partida puede ir diluyéndose por decisiones tomadas semanas o incluso meses antes.
Podríamos comparar una buena campaña con una serie de televisión. Ambas se componen de una sucesión de hechos encadenados por una constante que son sus protagonistas. A veces estos hechos son independientes entre sí y a veces forman parte de una trama más amplia. En cambio, un buen one shot es como una película. Sabes que en un periodo breve de tiempo va a haber una presentación y un desenlace poderosos, todo bien orquestado desde hace tiempo, y que vas a disfrutar de la aventura en primera persona, con el máster empujando la historia hacia donde quiere que vaya. En una serie nunca querrías tener a tu personaje agonizando, al borde de la muerte, ni tomarías decisiones que sacaran a tu protagonista de la historia para siempre... pero al hablar de una historia autocontenida, esto se convierte en una opción más. En vez de matar la creatividad, expande sus horizontes.
Un buen one shot te saca de tu zona de confort. Sí, también hay one shots pensados para integrarse en crónicas, pero se podrían considerar más bien semillas de aventura un poco más desarrolladas de lo habitual. Puedes interpretar a una familia de vacaciones o a unos ancianos luchando contra el Alzheimer. O un trío amoroso. O a adolescentes que salen de marcha. Hay muchísimos tipos de historias que nunca jugarías en una campaña (ni verías en una serie) pero que abrazarías con amor en un one shot.
Esta magia se puede ver claramente en nuestros shadowshots: con poca preparación, un sistema sencillo y un grupo, puedes conseguir que todos aparten la Play, el Keyforge o el Zombicide y decidan sumergirse en una historia pequeña y personal. Anímate e inténtalo.
Te salvará la vida.