¿Qué es el esoterrorismo? – PARTE II

Puedes ver la parte I y la parte III

por Álvaro Loman

El esoterrorismo es el acto de un terrorista intentando paralizar a un demográfico o sociedad cometido por motivos esotéricos. Es tan sencillo como eso. Pero es algo curioso (o muy contraintuitivo) que para definir un tipo de terrorismo se hable del “acto de un terrorista”, porque es como Forrest Gump diciendo que “tonto es el que hace tonterías”. ¿Es necesario ser terrorista para hacer terrorismo? Parece de lógica que el acto es el que hace terrorista al…bueno, al terrorista, pero si el acto se define por haber sido cometido por alguien que es un terrorista… tenemos un problema.

Este confuso bucle mental tiene una razón de ser, y es que no existe un consenso mundial de lo que significa el terrorismo. Es absurdo. En 1996 las Naciones Unidas decidieron que esto no podía seguir así y crearon un tratado que zanjaría el debate. El CCIT (siglas en inglés de la Convención Coherente de Terrorismo Internacional) se creó con el objetivo de generar una definición que satisficiera a todo el mundo. A día de hoy no la han encontrado.

Porque ¿es terrorismo el atentado contra las Torres Gemelas del 11-S? Sí, claro. No hay mucha discusión al respecto. ¿Y el bombardeo a Pearl Harbor? No, por supuesto, se trata de un acto de guerra. Bien. ¿Y hundir el USS Maine en 1898? Eso fue Estados Unidos, que quería provocar una guerra contra España y hundió su propio barco (con más de 200 militares a bordo) para culpar a España del atentado y tener así una excusa perfecta para ir a la guerra. Guerra que ganaron, por supuesto, consiguiendo control de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam.

¿Por qué esto no es terrorismo? Se podría argumentar que mataron a sus propios soldados y que eso no es ejercer violencia contra una nación extranjera, o que para poder ser un terrorista debe ser obligatoriamente un hecho creado por un grupo que no esté en el poder de un país o, no sé, mil razones que no se van a discutir aquí. Pero Estados Unidos ha financiado tantos golpes de estado, atentados y crímenes en países extranjeros que es muy improbable que no existe un suceso concreto que haga check en absolutamente todo. Y más sabiendo cómo se las gastaba Edgar Hoover y cómo daba órdenes sin contar con la Casa Blanca.

Por eso hay una subcategoría (no oficial), que divide el terrorismo en terrorismo blanco y terrorismo negro.

Terrorismo blanco

Cuando un país está en guerra comete todo tipo de tropelías. Es normal. Es una guerra. Te puede gustar o no, pero es lo que hay. Y hay derecho internacional para saber que los derechos humanos se deben cumplir, incluso cuando estás matando a extranjeros a manos llenas.

El terrorismo blanco (también llamado terrorismo de estado) es un término utilizado para hablar de todas esas cosas que, si no lo hiciera de forma oficial un país, sería terrorismo. La respuesta de Estados Unidos al 11S fue devastadora, matando a muchos más civiles que en el terrible atentado contra las torres gemelas. ¿Fue terrorismo? Si no, ¿por qué no?

La lista es interminable. ¿Es terrorismo cuando la URSS fusiló a los altos mandos del ejército polaco justo antes de que se iniciara la invasión de Hitler contra Polonia, facilitando su victoria? ¿Es terrorismo cuando Corea del Sur torturó a prisioneros para convertirlos en tropas de élite que se infiltraran en Corea del Norte para matar al líder norcoreano? ¿O la esclavitud y ejecuciones de los habitantes de las islas canarias cuando llegaron los españoles? ¿O Guantánamo? No hablemos de Israel y Palestina, claro…

Cuando ves esta lista, te das cuenta de que la gente del CCIT deben estar dándole a la botella desde hace décadas, sabiendo que nunca jamás van a conseguir una definición de terrorismo. Lo más probable es que, sea cual sea la definición final, todos los países del mundo la hayan cumplido en un momento de su historia.

Terrorismo negro

Esto es lo que se llama terrorismo a secas. Un terrorismo cometido por un grupo que, legalmente, no representa a nadie. No es un dictador o un general de un ejército, sino un grupo armado cualquiera. Esto es lo que ha pasado cuando grupos organizados han intentado tomar el poder. Las bandas de narcos en Ecuador, la milicia en Colombia o el propio asalto del Capitolio de Estados Unidos. Son terroristas y punto.

Claro, salvo que tengan posibilidades de éxito. Ahí no son terroristas, sino rebeldes. Es más, ningún terrorista se levanta de la cama diciendo “bueno, qué atentado vamos a cometer hoy” sino que se consideran soldados (paramilitares, pero soldados al fin y al cabo) en plena guerra.

Un buen ejemplo es la serie Andor, donde se muestran los comienzos de la Alianza Rebelde en su lucha contra el Imperio. Ahí no estaban organizados, ahí eran… bueno… terroristas.

De hecho, el habitual que, incluso cuando el grupo represente legalmente a gente, se esconda o ningunee este hecho cuando se les quiere señalar como terroristas. En Andor se ve cómo ciertos políticos financian y organizan esta rebelión, pero de tapadillo. No es hasta que consiguen una cierta fuerza que no se muestran como líderes rebeldes. Y mira cómo terminaron en Alderaan…

Pero no solo los terroristas esconden su condición para poder actuar, sino que el país que recibe los atentados también le interesa esconderlo. Es más fácil decir “son terroristas”, porque es una palabra muy poderosa que imposibilita el acercamiento de posturas.

Pero entonces, ¿qué carajos es el terrorismo?

Pues volvemos al principio, a parafrasear a Forrest Gump: Terrorista es el que hace terrorismo. Porque al final, todos reconocemos un atentado nada más verlo. Todos sabemos que bombardear Nagasaki no es terrorismo y tirotear la redacción de Charlie Habdo sí. Es fácil saber lo que es terrorismo.

Pero no es fácil si lo intentas explicar, ¿verdad?

De hecho, hemos hablado de luchas entre países, pero ¿y las masacres de manifestantes en Sudáfrica o India? ¿Y la muerte de George Floyd en 2020? ¿O las ejecuciones de Pol Pot a todo el que tuviera gafas?

Dejemos de hablar de países. ¿Pueden existir las empresas terroristas? ¿Las negligencias que llevaron al hundimiento de Rana Plaza, matando a más de mil trabajadores? Vale, aquí faltaría voluntad. ¿Y la construcción de un estadio de fútbol en Qatar sabiendo que es imposible de hacer sin que mueran empleados? Vale, aquí hay voluntad pero no un propósito más allá del monetario. ¿Y las grandes tabacaleras ocultando activamente los estudios que hablan de que fumar produce cáncer durante décadas?

Vayamos a más bajo nivel. ¿Es terrorismo los ataques racistas u homófobos? ¿Es terrorismo la violencia de género? ¿El bullying? ¿La gordofobia? ¿Comprar en Aliexpress?

Dejemos todas estas dudas en el aire y quedémonos en que el terrorismo es identificable de la misma manera en que podemos identificar una puerta, aunque sea igualmente difícil de dar una definición formal.

Fotografía de bixentro CC BY 2.0 https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/

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