Por Robin D. Laws
Gracias como siempre por reunirnos con tan poca antelación. Confío en que hayan encontrado satisfactorias las configuraciones de sus viajes.
Hace dos noches, agentes de la policía local que patrullaban el distrito comercial de la ciudad encontraron un cadáver en un callejón. Debido a su
condición, nuestros contactos dentro de la fuerza nos remitieron el caso.
El cuerpo es el de un hombre aún no identificado de unos veintitantos años. Nuestros analistas lo clasifican como una VI [Víctima Interesada] debido a dos factores. Uno: Se ha drenado toda la pigmentación del cadáver. Dos: aunque no presenta signos de traumatismo epidérmico, los huesos de la víctima, desde los dedos de los pies hasta el cráneo, han sido reducidos a un polvo fino, como si hubieran sido pulverizados desde el interior. Suponiendo que la muerte de esta víctima coincidiera con otras en nuestro banco de registros, murió después de que le aplastaran los huesos. Una manera agónica de morir. Naturalmente, esperamos que cada uno de ustedes lo evite.
La pérdida de pigmentación y el aplastamiento esquelético interno corresponden a una Entidad de la Oscuridad Exterior conocida como Luz Nocturna. Se manifiesta como un nimbo arremolinado de energía oscura iluminado en su interior por cientos de pequeñas luces, generalmente multicolores, pero a veces monocromáticas.
Las luces nocturnas se manifiestan durante las temporadas navideñas, cuando la gente cuelga luces festivas al aire libre. Aquí, en el mundo occidental, vienen con mayor frecuencia en Navidad. La reciente costumbre en las ciudades de clima frío de dejar luces encendidas durante todo el invierno ha extendido su temporada de caza. También pueden aparecer en Halloween, durante el Mardi Gras o en festivales seculares de arte luminoso. Informes sin fundamento los vinculan con Diwali en la India y, en una forma visual variante, con los festivales de los faroles en China y Corea.
Las manifestaciones se vinculan con el trauma infantil de un individuo en particular que, sin saberlo, actúa como locus psíquico de la criatura. Ocurren durante la edad adulta, después de un incidente que desencadena recuerdos del trauma original. Los recuerdos azotadores siempre se conectan con la festividad en cuestión: un accidente mortal en Año Nuevo, una paliza desgarradora en Mardi Gras, etc.
Las luces nocturnas cazan víctimas secundarias conectadas al lugar, atacando de forma oportunista a aquellos que viajan solos de noche. Por lo general, comienza con conexiones vagas (un conocido que se conoció en una fiesta, alguien que se sienta al lado del lugar en el transporte público) y luego avanza hacia adentro, hacia amigos, familiares y, en última instancia, hacia el propio lugar. El asesinato final ocurre ya sea en la festividad propiamente dicha o en el aniversario del trauma que lo instigó.
Para destruir la Luz Nocturna, identifique el lugar y permita que esa persona perdone lo sucedido o resuelva su relación con el trauma. Por ejemplo, si su madre fue asesinada en Nochebuena, encuentre al asesino que nunca fue capturado. Luego, llevando un objeto físico relacionado con el incidente traumático en su persona, golpee la Luz nocturna con cualquier instrumento metálico o con una pistola paralizante.
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