Observar es un extraño placer. No me refiero a la vacuidad de asomarse a la ventana. Ni a la mundana mirada que sigue a los ojos esquivos de quienes habitan Raven. Digo mirar de verdad, como te estoy mirando a ti.
Veamos. Conoces la corrupción de la magia y la atracción que las misteriosas artes perdidas de la Logia pero, ¿cuál es tu especialidad?
Quizás tu círculo social son las tumbas. Vives pensando en la muerte, sus causas, sus formas, preguntándote no si podrás evitarla, sino si te has preparado para ella… como el nigromante atormentado.
Puede que vivas entre fantasmas. ¿Los atraes? ¿Te ven? Si es así, no siempre lo que quieren es bueno para ti ¿verdad? Ah, pero no puedes dejar de sentirte como en casa con ellos… como la invocadora obsesionada.
Ya sé. Naciste con la mente enloquecida porque ves cosas en tu arte que nadie más ve. Tu vida está atada a tu poesía, a tu pasión, o a la adicción de aquello que surge de tu pluma. Pero hay algo más. Siempre hay algo más. ¿Y esos licores o drogas que usas? Claro. Para acallar lo que ves… como el poeta maldito.
Oh. No me digas que moriste y perdiste el alma al regresar. Que vives temiendo si un día te volverán a enterrar por error, esta vez para siempre,… y pensando en lo que ves cuando miras al Otro Lado. Sí, como una sin alma.
Hay otras tantas especialidades. Pero creo que la tuya está entre estas cuatro. ¿He acertado?
Oh, lástima. ¿Escuchas eso? Es el reloj de péndulo marcando la medianoche. Mañana me lo contarás. Ahora, con tu permiso, me voy a dormir. ¿Puedes hacer un último favor a tu anciana tía? Avisa a mi ayudante de cámara y pídele que me prepare una de esas copas de licor rojo, filtrado por una pluma de cuervo impregnada de unas gotitas del frasco que hay en mi escritorio. Gracias.
Buenas noches.
Lady Corvus