Ahora es cuando descubres por qué eres Corvus

Querida sangre de mi sangre, tú eres el centro de todo. Ha llegado el momento de que lo sepas. Más allá de la falsa tranquilidad que proporcionan los muros de la Mansión Corvus, tú, tus hermanos y hermanas, tu madre y tu padre… toda la familia Corvus es la más temida y odiada de la ciudad. Esa es la verdad.

Los secretos que oculta nuestro linaje llegan hasta los mismísimos cimientos de Raven, al momento en que nuestro antecesor, lord Poe Corvus, puso la primera piedra de la ciudad. Esta mansión es su reflejo: oscura, con rincones desconocidos, con salones clausurados, bibliotecas envidiadas, grandes retratos de nuestros antepasados, criptas escondidas… La servidumbre comenta que nadie llega a conocer la mansión del todo. Esto es enorme. Seguro que aún guarda secretos. Igual que tú. Igual que yo.

Pero basta ya de hablar de la mansión. Aviva de nuevo el fuego y dime… ¿son ciertas esas historias que susurran de ti? Que tu persona es elegante, aristócrata y siniestra. Que esos hermosos ojos que tienes ocultan la intensidad de una historia tenebrosa.

¿Qué me puedes contar de la familia? Aunque no nos guste, al final es lo último que nos queda en Raven. ¿Qué es aquello que dicen que te ocurrió con tu hermana relacionado con una de esas sesiones de espiritismo? ¿Y por qué tu hermano evita atravesar tu ala de la mansión cuando cae la noche y el maullido de un gato negro marca la medianoche? ¿Qué ha ocurrido entre tu madre, tu padre y tú?

No seas una persona tímida conmigo. Te vi crecer. Háblame de tu vida. Seguro que te ocurren cosas fascinantes pero inquietantes. ¿A qué te dedicas? Este mundo parece tenebroso, y de hecho lo es. Misterioso y nada fiable también. Pero hay un lugar para ti en él. ¿Destacas por tu creatividad, tu cultura, tu orgullo o tu pasión? ¿Eres racional o tu sangre hierve en tu interior? ¿Tienes a una persona amada? ¿Cómo es? Deseo que sea algo más alegre que el velo de tristeza que suele acompañar a nuestras pasiones. Vamos, no quieras ocultármelo. Sincérate conmigo. Yo lo sé casi todo. O puedo llegar a saberlo. Esa es una de mis cualidades. ¿Y la tuya? ¿Cuál es tu poder? ¿Eres una de esas nigromantes atormentadas? ¿O quizás una invocadora obsesionada? ¿Un poeta maldito? ¿O la sin alma que vive entre dos mundos? ¿O puede que…?

Pero ¡alza ese rostro! Ante todo somos Corvus. Disculpa si te atosigo a preguntas. Esta vieja Corvus se ha vuelto muy impaciente. En realidad, solo quiero que nos conozcamos mejor. Yo he estado donde estás tú ahora. Con tus preocupaciones, tus investigaciones y tus actos. La vida… bueno, es la que es. La sangre Corvus corre por tus venas, y eso te hace ser una persona única y capaz, pero peligrosa y maldita al mismo tiempo. Esa maldición data de los tiempos de lord Poe Corvus.

Comparto tus pesares. A mi manera, comparto tus pesadillas. No te juzgaré. ¡Ay de quien se atreva a hacerlo! Y lo harán. Vaya que sí. Esas gentes aristocráticas de poca monta, esas personas pordioseras que mendigan mendrugos a sus amos. Creen que nos vigilan. Que pueden controlarnos. Que la custodia de la Orden es suficiente. Pero no pueden estar más equivocados. Voy a hablarte de ellas.

Sé amable y alcánzame ese libro de allí. Sí, ese del lomo del color de la miel. Ahí hay anotaciones de Raven, desde la fundación de la ciudad hasta nuestros días.

Lady Corvus

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