El agujero: un relato ambientado en El Valle de los Huesos
Aquella gruta estaba llena de crías de trácnido desnutridas. Podría pensarse que estaban en tal lamentable estado porque la Herrumbre, esa energía putrefacta de la Geoscuridad, les había afectado, pero bajo tierra estaban en su hábitat natural y los trácnidos eran inmunes a estos efluvios. No, lo que les pasaba era algo mucho más sencillo: no habían comido nada desde que nacieron. Todas las crías eran hermanas y habían salido del huevo a la vez. Ahora, también estaban muriendo a la vez. Los Hombres Gusanos tenían esclavizada a su madre, y la usaban, como al resto de trácnidos adultos, para extraer minerales y piedras preciosas para adornar sus carnes lechosas. Los Gusanos arrancaban a las madres cautivas el cuajo vital y con este alimentaban a las crías hasta que eran capaces de trabajar. Pero esta madre se había resistido a dejarse sacar el alimento, prefería que sus crías murieran a que vivieran esclavizadas como ella, y lo había pagado con la vida. La mató Lgögee, el caudillo esclavista. Y sus crías no tardarían en morir también…
¡Buuum! ¡Craaacc!, un estruendo espeluznante sacude la gruta donde están las crías trácnidas y tras una breve lluvia de piedras, la bóveda de roca se abre y aparece el cielo abierto. Ha sido un agujero limpio, obra sin duda de un taladro de bomba de fabricación enana. Por el agujero, de tamaño considerable, aparece una cuerda, y luego otra, dos más. Unas figuras descienden por ellas hasta llegar al suelo de la gruta. ¡Sois vosotros!, que venís a salvar a las crías trácnidas y liberar a su raza. ¿O no? Quizás tenéis cosas más importantes que hacer bajo la tierra, como robar a los Gusanos sus piedras preciosas, o matar a Lgögee por encargo de alguien que busca vengarse de una jugarreta que le hizo el esclavista, o más importante aún: encontrar el último trono de la divinidad antes de que lo hagan los Oyhun. Sea lo que sea, esta aventura está en vuestras manos. Mientras decidís qué hacéis a continuación, las crías de trácnido os miran fijamente, entre asustadas y curiosas…
Este fragmento es solo una muestra de las historias que se pueden crear con la ambientación de nuestra campaña Descenso a las entrañas de la bestia. Te invitamos a sumergirte en El Valle de los huesos, el segundo tomo de esta campaña, una aventura de riesgo extremo en la que el paisaje es tan peligroso como la espada más afilada.
¡Vive la aventura y juega a rol!