Acerca ese quinqué y gira la válvula para dar más luz. Tras el ocaso y la salida de la niebla, no hay luz que atraviese las gruesas ventanas atascadas. Tampoco las recias cortinas que nos ocultan de la vista de los cuervos y de lo que hay en la niebla. Dame el estuche azul. Sí, ese. El que tiene mis lentes. ¿Están dentro? Sí, claro. ¿Dónde iban a estar si no? Esta vieja cabeza despistada se acuerda solo de lo que quiere.
¿Qué? Ah, no se te escapa una. ¿Qué es lo que hay en la niebla? Como decía Lord Poe Corvus, «el arte es el único método para penetrar el mundo empírico en la búsqueda del orden». Así pues, permíteme abrir este libro de lomo color miel para responder a tu pregunta. Pues todo tiene un orden, y es apropiado conocer esta ciudad. Empecemos.
Hace doscientos años, Lord Poe Corvus zarpó desde Continente Antiguo a través del océano ignoto y terrible. Perdió los demás barcos de la expedición, pero él superó las tormentas hasta alcanzar las costas de una península desconocida y neblinosa. En ella, encontró una antigua ciudad de grandes edificios de piedra en decadencia. Muchos, casi desmoronados por el abandono. En sus azoteas, decenas de grandes cuervos lo vigilaban. A ellos debe la ciudad su nombre: Raven.
La ciudad no estaba deshabitada. Encontró supervivientes de una antigua organización. Se llamaban entre sí la Logia. Decir que formaban una organización era una ofensa a los ojos de lord Poe, pues había enfrentamientos en su interior y el caos amenazaba con extenderse. Aunque dominaban una magia tenebrosa que fascinó a lord Poe. Manejaban y torturaban a los fantasmas de sus antiguos habitantes, y utilizaban a los cuervos como ladrones y portadores de almas.
Lord Poe Corvus cimentó amistad con ellos. Aprendió su magia. Se hizo con el control del resto de la ciudad. Desde entonces, ganó el título de lord Fundador. Y bien merecido, a mi juicio. Que nadie te quite esa idea de la cabeza, pues lo arriesgó todo para traer a otras familias nobles atravesando de nuevo el océano. Pocas sobrevivieron al peligroso viaje, pero se juntaron con él y fundaron la Orden de la Niebla y reconstruyeron Raven, reviviendo su antiguo esplendor.
La magia de la Logia era y es peligrosa, y lord Poe no era inmune. Como tampoco lo eres tú. Ni yo. El poder corrompe. La magia tiene un precio y, al final, te lo cobra. Yo no quería incidir en ello. Por lo que te conozco ahora, y tras lo que me contaste en nuestra anterior conversación, esto ya lo sabes. Por supuesto, puedes mantener la calma. Soy una tumba y tus secretos están a salvo conmigo.
Como te decía, lord Poe Corvus aprendió a usar esa magia, y su alma se manchó. La Logia le ayudó a liberar una vieja maldición, una niebla helada que robaba las almas de los vivos. Muchas personas perecieron o se perdieron en la niebla hacia el Otro Lado. Estalló una guerra entre la Orden y él, nuestro Fundador. Lo mataron y destruyeron a la Logia. La Orden mantiene que fue por pura supervivencia. Que iba a matar a toda la ciudad. Que había enloquecido. Que su alma estaba manchada y él estaba maldito.
La Orden… Gentes torpes y precipitadas, incapaces de revertir la maldición. No tienen el conocimiento para ello y apenas pueden contenerla. Todo se perdió con lord Poe. No pensaron en que lo necesitarían, pero desde entonces se han afanado en demostrar lo contrario.
Raven ha prosperado gracias a las ricas tierras, los productos exóticos que exportamos al Continente Antiguo y a lo que consiguen quienes parten en exploración. Ahora se alzan grandes edificios de piedra blanca, farolas de gas, grandes parques… La Orden sigue protegiendo y gobernando Raven. Y eso también conlleva vigilar a nuestra familia. Como descendientes de la sangre maldita del lord fundador Poe Corvus, temen nuestros conocimientos. Temen lo que oculta la mansión. Temen nuestros estudios y artes. Nos temen.
A pesar de sus esfuerzos, la niebla sigue apareciendo cada noche; terrible, infatigable, arrancando el alma a las gentes incautas y temerarias. La mayoría de la población ha aprendido a convivir con ella. Bueno, más o menos. Atrancan puertas y ventanas como hiciste tú hace un momento. Cubren cada resquicio. Pero, como advierten las abuelas a sus nietos, “al final, la niebla se abre paso”. Debes tener mucho cuidado.
¡Ah, sí, tu pregunta! Gracias por recordármela. La niebla, como digo, puede reclamar tu alma y perderte en el Otro Lado, pues de allí es de donde proviene tanto esta como los cuervos, o eso se cree. Es la tierra de las almas de los muertos. Hay quien dice que es un reflejo de Raven, blanquecino, silencioso, envuelto en la confusión neblinosa de una hermosura translúcida, pálida y escalofriante. Está poblado por fantasmas de las personas fallecidas, pero también hay cuerpos que vagan sin alma. Y están los demás espectros y daemoni. Terribles, hambrientos, ocultos por el éter blanquecino y frío de la niebla que juega a difuminar sus siluetas.
Nuestra magia puede abrir brechas hacia el Otro Lado. Pero claro, eso tú ya lo sabes. Se puede contactar con los espectros para intentar conseguir lo que queremos. Pero guarda cuidado. Ya sabes que suele tener un precio, y éste puede ser tu lucidez, tu propia alma o incluso la ruina de quienes te rodean.
Hay varias formas en las que puedes utilizar tu magia, en la que tus estudios secretos pueden ayudarte. ¿Cuál es tu especialidad? No me lo digas. Déjame mirarte una vez más y para adivinar cuál es de entre todas ellas. ¿No las conoces todas? No te preocupes. Yo sí. Las repasaré para ti si acercas tu hermosa figura a la luz. Permite que estos viejos ojos cansados te examinen una vez más.
Lady Corvus