por Robin D. Laws

Los informes de los playtesting de El rey de amarillo daban el mismo mensaje constantemente:
¡Este juego es demasiado letal!
Por lo tanto, lo hice menos letal, reduciendo los niveles de dificultad de las pruebas para evitar Conmociones y Heridas. Añadí el modo Aventura oculta, más indulgente, donde se necesitan 4 cartas de Conmoción o 4 de Herida para sacar a un personaje del juego.
Este es el modo que recomendaría para jugar en serie. Aunque te deja con un elenco estable de protagonistas, puede provocar una o dos muertes repentinas.
El modo Horror, originalmente implacable, es ideal para partidas individuales y partidas convencionales, donde muchos jugadores disfrutan de finales sombríos y acordes al género donde mueren personajes clave. Úsalo en una serie cuando quieras matar personajes ocasionalmente.
Puedes variar esta opción según la secuencia. Tiene sentido lógico y temático jugar Las Guerras como una picadora de carne, pero que París protegiera más a los personajes.
Sea cual sea tu modo y la tasa de mortalidad deseada, quizá quieras mantener cierto control, o al menos influencia, sobre el momento de la muerte de los PJ. Intenta limitar las muertes dramáticas a las situaciones apropiadas. Perder un personaje de forma convincente puede dar al jugador una anécdota de videojuegos favorita de todos los tiempos. Que uno muerda el polvo de forma despreocupada en una escena menor o de transición puede molestar a todo el grupo.
Evita estas muertes aparentemente innecesarias con cuatro sencillos trucos:
Conoce el total de cartas de los personajes: En tus notas preliminares, registra qué PJ están a una carta de abandonar el juego. Busca maneras de dirigir el horror y la destrucción a los menos afectados. Esto es fácil de olvidar en el fragor de la batalla. Acostúmbrate a anotar cuándo se roban o descartan cartas.
Reduce el número de tiradas: Perderás personajes rápidamente si pides varias pruebas de Estabilidad por escena. Ya sea que estés improvisando o usando un escenario publicado, considera quedarte con el evento más desastroso y descartar las tiradas menores que lo preceden. Si aún pueden ocurrir cosas raras; simplemente omite la tirada.
Permite actualizaciones: Si los PJ se han quedado sin reservas defensivas cruciales con mucha historia por delante, ofrece la oportunidad de actualizarlas. Mantén la tensión cobrando algún otro precio por la actualización, como una concesión o una deuda con un enemigo que huye.
Cuidado con los pesos pesados: Unas pocas cartas cuentan doble para la muerte del personaje. Introdúcelas solo en situaciones donde sea apropiado. Avisa a los jugadores durante la historia de que podrían llegar cartas mortales adicionales y una posible forma de minimizar la amenaza. Una cosa es que un personaje entre a sabiendas para desactivar una bomba, y otra es sufrir una aniquilación inesperada cuando la explosión surge de la nada.
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